El objeto de la educación

El objeto de la educación
educando a la persona

lunes, 22 de febrero de 2010

Diferencia entre educar e instruir

Dos definiciones de enciclopedia:

Educar: desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales, físicas y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios y ejemplos.

Instruir: enseñar, informar o comunicar ideas o doctrinas.

En estas definiciones se pone de manifiesto la diferencia esencial entre las dos acciones. El educando es parte activa del proceso educativo. Quien se está instruyendo, en cambio, recibe y acumula conocimientos. La educación requiere plazos más largos y difíciles de precisar que los de la mera instrucción.

concepto de educacion

Existe una diferencia sustancial entre educar e instruir. Para instruir basta con saber. Para educar es necesario "ser". No hay destino digno sin cultura, no hay cultura sin valores, no hay valores si no hay docentes capaces de vivirlos.

La educación está adquiriendo una importancia cada vez mayor; nadie duda hoy de que es el elemento clave para combatir la pobreza, aumentar la productividad y formar personas autónomas y ciudadanos honestos y responsables. La educación es, o puede llegar a ser, la tarea humanizadora por excelencia, el medio por el que cada persona se plantee y alcance su plenitud.

Y estas aseveraciones de las que hoy nadie duda han sido siempre la tónica que ha elevado al maestro a la categoría más noble, ya que en sus manos ha estado, y sigue estando, la posibilidad de formar personas comprometidas, justas y solidarias o ciudadanos resentidos y violentos. Pero una seria reflexión debe imponerse: si queremos, si precisamos, hombres de calidad, nos urge tener maestros de calidad, capaces de entender y poner en práctica un liderazgo nuevo: el maestro, hoy, es el hombre o mujer que no puede limitarse a dar conocimientos sino, como educador comprometido, implicarse en los problemas de sus alumnos. Se precisan maestros que entiendan que los conocimientos no se imponen sino que investigan y promueven y que las mentes no se moldean sino que se guían y tutelan.